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Años después del mayor ciclo de protestas ciudadanas del Chile democrático contemporáneo, el malestar sigue presente. El conflicto es, visto en perspectiva, de los de abajo contra los de arriba, por lo tanto, el clivaje articulador es más posicional que ideológico. Quizás por eso ahora el malestar empuja un ciclo restaurador en lo político electoral, pero quizás no en lo social y cultural.
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Así, este momento que clama orden convive con el momento de apertura. Ambos coexisten. Es un orden ambivalente el que se desea, pues a la vez que se pide un liderazgo que venga a “ordenar esto”, cual mesías masculino y potente, la disposición de cada cual a arreglarse al orden parece menor, o, incluso, muchas veces inexistente. Es más bien, entonces, un deseo por aplicarle el orden a los demás, a los otros, mas no a nosotros.
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“Para los otros, la ley”, como dicen que alguien dijo.
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La desregulación de las personas, es marca registrada del momento social y cultural que habitamos-Soporta que pidamos, incluso exijamos, aquello que no estamos cumpliendo.
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Ese carácter disociado es, quizás, el bien que más democráticamente se distribuye en el Chile actual, donde prima la máxima de “si lo quiero, lo tomo”.
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El llamado al orden es a la chilena, o sea, sin arreglo a una cierta estructura que dé viabilidad al país. Es la misma paradoja que opera con nuestros/as representantes políticos. Por un lado, los apuntamos sin tomar razón que mucho de lo que reprochamos habita también en nosotros. Por el otro, su carácter decadente y pusilánime, en tanto clase política, es también, muy probablemente, un reflejo de lo que somos.
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No será posible que surja alguien que salve a nadie (la quimera populista y regresiva), ni que dicho ente venga a representar a un pueblo más virtuoso (la quimera de las vanguardias).
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“La cosa” comenzará a cambiar cuando ajustemos, cambiemos, nuestras visiones, ideas y acciones hacia un enfoque centrado en la convivencia en torno a lo común, donde interactúan personas diferentes pero responsables de ese espacio que les afecta: la sociedad.