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  • Mauricio Redolés

¿PA ONDE VA ESTE RÍO?/ Mauricio Redolés

Foto: Manuel Morales Requena




Alguna vez me dijeron que los griegos hacían un símil entre el tiempo y un río. Así, por ejemplo, está la conocida afirmación de Heráclito para explicar La Dialéctica, aquella que dice “Nadie se baña dos veces en el mismo río”. Según los griegos uno viaja por el tiempo como quien boga en un bote por un río de espaldas a la proa, de tal modo que uno tiene ante sus ojos la popa, es decir, el pasado, es decir, por donde ya pasó con su bote y tiene a sus espaldas, a babor, el futuro. Es decir, el pasado está ante nuestros ojos y el futuro está a nuestras espaldas. A diferencia del aserto común el cual nos dice que el futuro está ante nuestros ojos y el pasado a nuestras espaldas.  Siguiendo con la idea, si bogando pasamos bajo un inmenso sauce que cubre todo el río hasta la otra ribera y no nos deja ver el cielo, sumiéndonos en cierta oscuridad, unos metros de remar y habremos superado esa sombra, 50 metros más y podremos ver en toda su dimensión aquel sauce que cubrió nuestro cielo, 200 metros después el sauce será un pequeño recuerdo, etc, etc.

 

            Así mismo, un gran problema en nuestras vidas, que cubre nuestro cielo y que nos llena de oscuridad, un tiempo después de bogar en el tiempo será un problema que podremos observar en todas sus dimensiones. Luego de unos meses (o años según la dimensión del problema), el problema será un pequeño árbol en el fondo del paisaje. Estas ideas me llevaron a escribir una canción de título “El futuro es negro amor”. En esa canción digo:

 

El futuro es negro amor.

El futuro es un hoyo negro

que chupa la luz de nuestros cuerpos

y nos deja el bajón.

 

Remamos de espaldas a babor

solo vemos lo que alguna vez ya vimos.

 

Nadie sabe por donde va este río

remamos de espaldas al vacío

este río

al vacío.

            Hago esta reflexión sobre el tiempo para ilustrar la conmemoración de los 50 años del golpe de estado cívico-militar. Aquel gran sauce que cubrió nuestro cielo con el bombardeo al palacio presidencial La Moneda, con la feroz represión que significó torturados, muertos, desaparecidos, además de exiliados, relegados y exonerados de sus trabajos, todo en consecución de cancelar la democracia como forma de gobierno y poner un país de rodillas, a la fuerza, para instaurar un modelo económico diseñado en Chicago. Mas, finalmente por la lucha del pueblo, en la que fue muy importante (aun cuando siempre se trata de atenuar su importancia), el elemento armado, con la creación del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, hecho que encendió la alarma en E.E.U.U., quienes  hicieron todas las “movidas” para que la oposición política al régimen (excluyendo a los comunistas) pudiera llegar a un acuerdo para sacar “limpiamente” a Pinochet del poder.

Así, nuestro bote en su bogar nos alejó de ese oscuro 1973.

            Pero como la rivera de este río no ha sido limpiada luego de ese gran “Sauce 1973” y quedan en esa rivera muchos remanentes sociales, tales como la preeminencia del capital financiero en las decisiones políticas, una prensa y medios de comunicación sesgados con un criterio altamente anti popular, un sistema político basado en la exclusión, la discriminación, la mentira y el odio hacia los sectores populares, amén de la corrupción en dimensiones no conocidas antes en Chile, excluyendo de la política a ultranza la participación de las trabajadoras y los trabajadores. Todas estas condiciones ¿están haciendo crecer otros sauces a nuestras espaldas?

 

            Nadie sabe pa donde va este río.  Termino con unos versos del poeta y director del Inti Illimani, Jorge Coulón Larrañaga, como reflexión poética final.

 

Mirando toda mi vida

creo que, por vez primera

hay algo que me supera

como batalla perdida

La atmósfera enrarecida

de un país que ahora no entiendo.

Mi pueblo se va extinguiendo

en su tóxico respiro

donde todo lo que admiro

veo cómo va muriendo.

 

 

 

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