Por Kora Hell
- “Me retiro a fin de emprender una gran obra donde será dicho… el Amor”
R.B
Vita Nova
En 2020 Das Kapital Ediciones presentó un nuevo sello en honor a la poeta estadounidense Louis Glück quien obtuvo el Nobel de Literatura el mismo año. En 2021 se suma al catálogo «Glück» la propuesta de Cecilia Rubio (Curicó, 1964), Esta rosa o el nadador, donde aborda en diversos registros y géneros la escritura y su práctica en una conjugación de formas, por tanto, el libro se escribe en base a un “diario de vida, poema, comentario crítico, cita, ficha, testimonio, entrevista, autobiografía, ensayo, interpretación o lectura y sobre todo microficción y prosa poética” (2021, p. 9).
Rubio construye un discurso de intertextualidades y biografía que desemboca en la maternidad, la infancia, la deriva de la juventud (Parque Ecuador, 1983), los sueños, la historia reciente de Chile y su pobreza. Así despliega un discurso heterogéneo, pero, sobre todo, Esta rosa o el nadador, es un libro que testimonia los viajes exteriores e interiores de una mujer que lee, escribe y colecciona citas de diversos poetas y escribas como Roland Barthes, Jorge Luis Borges, Franz Kafka, Nikolai Gogol, Marcel Proust, Gabriela Mistral -en una invocación al gozo-, De Rokha, Alejandra Pizarnik, Violeta Parra y Ángel Rama, entre otros tantos, apareciendo también el Tao te King y el I Ching, lo que genera una obra abierta en conjunción con sus vivencias y contemplaciones. El libro se estructura en cuatro partes: Liminar; Como un mueble inútil; La obtusa muerte y otras parafernalias y La vida breve.
En su libro, Rubio se declara como una scribens, vale decir, le interesa el lugar del yo en la práctica de la escritura, porque vive cotidianamente en ella (según los planteamientos de Roland Barthes, semiólogo y crítico francés). Como una scribens, Rubio escribe biografemas que cruzan su historia personal y la del país que habita, la cita de Barthes al comienzo afirma una idea de posteridad amorosa: «Si yo fuera escritor, y estuviera muerto, cómo me gustaría que mi vida se redujera, por los cuidados de un biógrafo amistoso y desenvuelto, a ciertos detalles, ciertos gustos, ciertas inflexiones, digamos “biografemas”, cuya distinción y movilidad pudieran viajar fuera de cualquier destino». En este sentido, la escritura reflexiva es el eje central de Esta rosa o el nadador y revela el ánimo de escribir, su práctica, cese y abandono: “he escrito este libro como el último y el único” (2021, p. 9).
El cruce de géneros no es arbitrario, la escriba conjuga hábilmente diversos discursos a la manera de otras escritoras como Anne Carson en Hombres en sus horas libres, La belleza del marido, Red Doc y Tipos de agua, entre otros títulos magistrales como Albertine, rutina de ejercicios. También Susan Howe en Silencio pitagórico y Mi Emily Dickinson alterna los discursos y géneros. Estas escribas, al igual que Rubio, conjugan la lectura, la escritura y la vida como un todo dinámico y creativo. Solo acotar que aunque la escriba de Esta rosa o el nadador, afirme “que es mejor no tener un lugar donde volver”, de lectora a escriba, anoto: «57. Sun, Lo Suave, Lo Penetrante, El Viento- El juicio/ Lo Suave. Éxito a través de pequeñas cosas. Es provechoso tener a donde ir. Es provechoso ver al Gran Hombre”» (2007, p. 373 Jacoby, Helena, 2007. I ching, Cuatro Vientos. Buenos Aires. En estas líneas, la biografía no tensiona la literatura, por el contrario, los encuentros son fértiles en esos cruces, porque como dice Barthes: «la “literatura”[...] se hace siempre con la “vida”» con esos “materiales” que uno ama.
MUESTRA DE POESÍA
Kyrie
Sobre las blancas colinas
el Tiempo no hace Tiempo
apenas dibuja volteretas
pasos hollando el polvo de la santa nieve bendita
la cuna de mi madre en lejanía.
El tiempo hace su nido en lengua extraña
hace su cuna y ahueca la hendidura
mientras dibuja remolinos en mis manos
¿acaso el perfume de la rosa es lo que dice?
¿acaso en mi lengua habla?
L´ automne
A veces la vida se me daba como un balcón
llenándose de hojas.
Así me nació el ángel como un recuerdo dulce que
no puedo acariciar. Un ángel con su ala quebrada.
El cielo sobre Montreal es una densa lágrima.
1973 ii
Aún conservo el pequeño libro que escondí a
los 7 años, mientras mis padres juntaban la
colección para enterrarla en el fondo del patio.
Son los poemas de Antonio Machado, en cuya
primera página, estampé una firma estrafalaria,
que denotaba la decisión de apropiármelo y daba
sustento a mi acto de infantil rebeldía. Menos
mal que nunca llegaron a registrar la casa.
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